DE CUANDO LOS RIOS ACUSARON A OLOKUN
Los ríos se reunieron para acusar a Olokun antes Olofin.
Este inmediatamente, sumo a Olokun para que viniera, a comparecer ante él y así oír ambas partes.
Los ríos le echaban a Olokun diciendo que éste no se ocupaba de la religión para nada y que ellos se pasaban la vida llevándoles los Ebos, y los Adimus, y que él sin embargo nada hacia por ellos.
Mientras ellos se ocupaban de hacer sus descargos, Olokun se estaba mirando con Orunmila y este estaba haciéndole un Ebo.
Cuando terminó de hacerle Ebo, Orunmila le dijo que las dos cabezas de Aure, las sazonara y se las llevara a Olofin.
Este así lo hizo y partió entonces a ver a Olofin, cuando el llegó, todavía los ríos seguían hablando y acusando a Olokun.
Cuando este llego al pie de Olofin le dijo, Padre aquí le traigo estas dos leris de Aure sazonadas, y dicho esto se las entregó.
Olofin al ver esto de quien acusaban, quien estaba trayendo cosas del Ebo, y mientras tanto los ríos que lo acusaban no demostraban nada, lo único que hacían era acusar y hablar les dijo así:
Ya que ustedes acusan a Olokun de no estar en la religión como yo mando, y yo estoy comprobando que si esta y con las pruebas, yo ordeno desde hoy en adelante que todas las cenas, tendrán que finalizar en la casa de Olokun, para que así este se entere de lo bueno y de lo malo.
Ebo: Aunko, que se le da a Elegguá, y luego se deja en el mar, entre el río.
Los ríos se reunieron para acusar a Olokun antes Olofin.
Este inmediatamente, sumo a Olokun para que viniera, a comparecer ante él y así oír ambas partes.
Los ríos le echaban a Olokun diciendo que éste no se ocupaba de la religión para nada y que ellos se pasaban la vida llevándoles los Ebos, y los Adimus, y que él sin embargo nada hacia por ellos.
Mientras ellos se ocupaban de hacer sus descargos, Olokun se estaba mirando con Orunmila y este estaba haciéndole un Ebo.
Cuando terminó de hacerle Ebo, Orunmila le dijo que las dos cabezas de Aure, las sazonara y se las llevara a Olofin.
Este así lo hizo y partió entonces a ver a Olofin, cuando el llegó, todavía los ríos seguían hablando y acusando a Olokun.
Cuando este llego al pie de Olofin le dijo, Padre aquí le traigo estas dos leris de Aure sazonadas, y dicho esto se las entregó.
Olofin al ver esto de quien acusaban, quien estaba trayendo cosas del Ebo, y mientras tanto los ríos que lo acusaban no demostraban nada, lo único que hacían era acusar y hablar les dijo así:
Ya que ustedes acusan a Olokun de no estar en la religión como yo mando, y yo estoy comprobando que si esta y con las pruebas, yo ordeno desde hoy en adelante que todas las cenas, tendrán que finalizar en la casa de Olokun, para que así este se entere de lo bueno y de lo malo.
Ebo: Aunko, que se le da a Elegguá, y luego se deja en el mar, entre el río.