domingo, 9 de diciembre de 2007

Religiones Africanas: Regla Conga
Escrito por Eshu Omó Iré

Una de las zonas más devastadas por la Trata esclavista en África, fue la correspondiente a la cultura bantú. Diversidad de tribus, dialectos, hábitos y costumbres la caracterizan, lo que determina que actualmente, no se pueda dilucidar con precisión la procedencia étnica de algunos países de la región del Caribe. En general, las prácticas religiosas originarias de esta región africana no se corresponden específicamente con ninguna de las etnias del mosaico bantú. Por el contrario, se han formado con rasgos de unas y otras, de manera que es muy difícil definir el origen etnográfico de algunos de sus elementos, como la liturgia y los dioses. En algunos casos, la influencia yoruba ha servido para consolidar patrones; no obstante, sus historias, su geografía, sus divinidades, responden a un mundo enteramente bantú.

La Regla Conga o Regla de Palo es la concepción más amplia que existe de los cultos de origen bantú y de donde se deriva la Briyumba, la Kimbisa y el Mayombe-es un término por el que también se puede nombrar la Regla de Palo-, que si bien utilizan el palo monte como elemento mágico, tienen algunos aspectos rituales que las diferencian: el rasgo principal de los brillumberos consiste en el culto a las deidades de la Regla Osha, las cuales reciben, de acuerdo con el ritual palero, su correspondencia en objetos materiales; en la Regla Kimbisa existe un fuerte sincretismo y tolerancia entre el elemento congo, la Regla de Osha, el Espiritismo, el catolicismo y las sociedades secretas Abakuá. De las creencias de origen bantú tomaron, mantienen, sus concepciones relacionadas con la nganga, el animismo de las plantas, las aguas y la tierra, y la influencia de espíritus y antepasados.

El palero trabaja con tierra, con palos del monte, con animales y todo tipo de planta u objeto que le sirva de apoyo a los conjuros salvadores de sus practicantes. Las fuerzas naturales y los elementos vivos de la naturaleza son indispensables en los ritos congos. Esto, conjuntamente con los dioses, le sirve al palero como medio de expresión del lenguaje ritual. La liturgia conga es muy compleja, su esencia y eje central están representados por la nganga, donde se concentra la fuerza mágica capaz de cumplir con todos los establecimientos dentro del código ritual. Se le introducen diversos elementos adquiridos del ámbito físico, social e histórico. Un variado número de palos del monte con cualidades medicinales y venenosas, se utilizan en la composición, al igual que animales que son escogidos teniendo en cuenta sus cualidades: la hormiga loca, porque siempre está trabajando o la hormiga brava o bibijagua, pues constantemente está atacando o en disposición de hacerlo, por citar algunos ejemplos. De igual forma, se añaden elementos del mundo inorgánico, como tierra de cementerio, piedras volcánicas o cantos rodados de río o de mar.

El contenido de las ngangas cazuelas de barro o de hierro- puede variar en dependencia de quien las utilice y de las entidades bajo las cuales se hayan realizado, pero siempre tienen que responder a un principio ineludible: todo lo que se pone dentro del caldero tiene que estar en correspondencia con su condición de centro de fuerzas mágico. Sin embargo, hay un elemento que no se puede obviar, los restos humanos del nfumbi muerto-, los cuales le dan vitalidad y fuerza al conjunto de elementos que se depositan dentro de la cazuela. Así, puede decirse que lo más importante dentro de la nganga es el matari piedra-, referencia directa a Inzambi, quien potencia y armoniza el conjunto, y el nfumbi, quien anima todos los elementos de la naturaleza. Cabe decir además, que entre el dueño de la prenda y el nfumbi se establece una alianza que marcará los destinos tanto de la familia consanguínea como de la religiosa del practicante. Como se puede apreciar, en la concepción de la nganga, los nfumbi desempeñan un papel primordial. Constituye, de cierta forma, la herramienta de trabajo religioso y es capaz de enfrentar todas las contingencias de la vida y la muerte.

Las ngangas se heredan una y otra vez siguiendo estrictas normas que se guardan en secreto. Forman enlaces, como especie de una familia, pues en la confección de una prenda nueva se toman elementos de una precedente, es decir, de la del padrino. Esta prenda no se entrega en el momento de la iniciación, sino cuando ya el nuevo practicante ha logrado alcanzar un determinado nivel de conocimientos y ha mostrado una ética acorde con los códigos del sistema. La adivinación es uno de los principios básicos en la Regla Conga. Presagiar y contribuir al mejoramiento de la vida rápidamente es básico en este culto. Para esto se emplea el mpake o mpaka menso, un cuerno que tiene en su interior algunos elementos con poderes mágicos y cuya boca está cubierta por un espejo, generalmente ahumado. El palero empaña este espejo y lee a través de él las figuras que aparecen entre el humo. También pueden emplearse collares con amuletos para la adivinación conjuntamente con aguardiente y tabaco.

Como en todas las manifestaciones religiosas, en la Regla de Palo, también existe una jerarquía: el Tata Nganga o Padre Nganga, quien es el dueño de la Nganga Madre, de la que se han derivado las otras. Tiene prestigio reconocido para iniciar neófitos en la práctica de esta religión, así como construir otras ngangas. Posee además, la facultad de la adivinación. Realiza sus prácticas a partir de la tradición heredada individualmente de sus antepasados; la Madre Nganga, la mujer poseedora de una nganga madre y con prestigio para ayudar a los Tatas en la realización de las liturgias; las Madrinas, quienes fungen como ayudantes de los Tatas en los rituales, sobre todo en las "rayaduras" o iniciaciones; y por último, los Padrinos, los que tienen iguales atribuciones que las madrinas.

Entre las principales celebraciones litúrgicas de la Regla Conga se pueden mencionar las llamadas "rayaduras" o bautismo palero, habilitación de nuevas "prendas", limpiezas, ofrendas prometidas y ritos curativos, fundamentalmente. En el caso de la ceremonia de iniciación, se le llama rayado, pues dibujan con una navaja o cuchillo unas cruces, no muy profundas en la piel, a ambos lados del pecho y, atrás, en los omóplatos. Existen diversas maneras de hacer las incisiones, las cuales se realizan acompañadas de cantos y gestos físicos. Este es un acto que permite la incorporación de un nuevo adepto a la casa-templo palera; es un pacto con el muerto, con Nzambi y con la familia religiosa.

Los bailes congos maní, yuca, garabato y palo- se pueden ejecutar en cualquier casa-templo, en las ceremonias de iniciación o de celebración de la festividad de alguna deidad. Por su parte, los cantos congos son breves y se repiten continuamente. Melódicamente no son muy complejos; sin embargo, están dotados de gran belleza rítmica. También se recitan extensos parlamentos con la finalidad de invocar a las fuerzas sobrenaturales o de saludar a los Tata Ngangas o Tata nkisis.
Un lugar destacado en la Regla de Palo lo ocupan los símbolos gráficos de carácter sagrado firmas- para identificar a los espíritus y antepasados a los que se solicita el permiso para realizar las diferentes ceremonias cultuales.

Al trazar las firmas, los creyentes consideran que en ellas están representados los poderes sobrenaturales y que los mismos responden por la efectividad de la labor realizada. Cada una de ellas adquiere una función personal para cada iniciado, que la emplea para identificarse ante su fundamento nganga- y ante el resto de los creyentes. Por otra parte, expresa la relación con el espíritu protector con el que ha realizado el pacto. Los elementos más comunes en las firmas son lo primarios y están en la naturaleza y en la realidad social. Cada firma expresa un cúmulo de experiencias que sobrevivió a los siglos de explotación. De la misma manera, las fuerzas sobrenaturales también poseen una gama de firmas. Se dibujan en el suelo, en las paredes, en las cazuelas, en las puertas con grandes trazos circulares o rectos.

Al igual que todas las religiones existentes, para los paleros existe un Dios Supremo, una fuerza máxima creadora del Universo, a la que llaman Nzambi, Zambi, Nzambia, o Mayimbe, de la cual emana la fuerza de los mpungos o fuerzas mágicas. Conviene tener presente que en la estricta concepción conga, estos mpungos únicamente son fuerzas, seres incorpóreos, que nunca devienen en antropomórficos. En los cultos congos, el dios universal provoca una necesidad imperiosa de alcanzarlo, a tal punto que puede prácticamente considerarse, según algunos investigadores, como un culto monoteísta.

Los adeptos a estas prácticas veneran las almas de los antepasados, de los muertos y de los espíritus de la naturaleza que moran en árboles, ríos y mares. Establecer una jerarquía de estas entidades sobrenaturales o mpungus se hace muy difícil, si se tiene en cuenta la gran cantidad de designaciones que pueden tener. No obstante, algunos de lo mpungus fundamentales en los cultos congos son:

Tiembla Tierra: Dueño de la tierra, del universo. Es quien puede controlar los cuatro puntos cardinales. Ejecuta todos los mandatos de Nzambi. No se le puede invocar con peticiones vagas, pues suele enfurecerse.

Lucero Mundo, Khuyu: Abre y cierra los caminos, es el dueño de las encrucijadas. Se equipara en Regla de Osha con Elegguá.

Sarabanda o Salabanda: Dios de los hierros y del monte. No puede faltar en la nganga. Muy vinculado a Siete rayos, que le da fuerza y lo ayuda a resolver los problemas de los practicantes. Está presente en todos los ritos congos. Se equipara con Oggún en la Regla de Osha.

Siete Rayos: Es uno de los más importantes dioses dentro de la Regla de Palo; es guerrero y se utiliza para los trabajos de brujería difíciles y rápidos. Se equipara con Shangó en la Regla de Osha.

Madre de agua. Siete Sayas: Simboliza la unidad del mundo, lo que fluye y la maternidad universal. Es muy común en todas las sectas congas y es dueña del mar y de la entrada de los ríos. Se equipara con Yemayá en la Regla de Osha.

Brazo Fuerte: Es quien lleva el mundo sobre sus hombros y cruza los ríos tempestuosos. Es una entidad guerrera y vencedora. Se equipara con Aggayú en la Regla de Osha.

Chola, Madre Chola, Chola Awengue: Es la dueña de las corrientes dulces, los ríos y el oro. Muy venerada entre los congos. A veces se le confunde con la dueña del mar. Se equipara con Oshún en la Regla de Osha.

Tata Pansúa: Cuenta con muchos devotos. Dios de los enfermos y curandero milagroso. Se equipara con Babalú Ayé en la Regla de Osha.

Centella: Dueña de la centella y el relámpago. Se equipara con Oyá en la Regla de Osha.

Lufo Kuyo: No cuenta con muchos adeptos, pero es una prenda que, según los practicantes, lleva a la cárcel y te saca de ella . Se equipara con Ochosi en la Regla de Osha.

Bután o Bután Fuyé: Es el curandero, el médico del monte. Se equipara con Osaín en la Regla de Osha.

Kisimba. Mpungo, Kabonga: Es el sabio, el adivino. Se equipara con Orula en la Regla de Osha.

La Regla Conga o Palo Monte es una manifestación religiosa de arraigo popular. Su sistema ritual y teológico imbrica concepciones muy profundas a pesar de que su formación fue a partir de la convergencia de prácticas de diferentes grupos étnicos del mundo bantú; esto ha provocado que influya directamente en otras religiones de origen africano que convergen en esta región.
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